
El tránsito vehicular sobre el puente carretero que une Cipolletti con Neuquén registró demoras de hasta 35 minutos en ambas direcciones, generando un colapso sin precedentes en la zona de acceso al casco urbano neuquino. La situación se presentó esta mañana, en horario pico, y afectó tanto la Ruta 7 como la Avenida Raúl Alfonsín.
Según informaron los conductores y cronistas en el lugar, los principales puntos de congestión se registraron a la altura del ex peaje, el parque industrial y el puente de Mercantiles, donde el tránsito prácticamente se detuvo durante varios tramos. Los embotellamientos provocaron malestar en los usuarios habituales de esta vía, que vieron duplicados los tiempos de traslado.
“Hace meses que no veía este nivel de congestión”, relató un conductor habitual del trayecto, señalando que los tiempos de demora en el sector norte llegaron a superar la media hora en dirección a Neuquén. Las largas filas de vehículos provocaron tensión y desesperación en los automovilistas que intentaban llegar a tiempo a sus lugares de trabajo.
La Ruta 7, vía clave para el ingreso al área metropolitana neuquina, soportó el mayor volumen de tránsito, donde en el peor momento del colapso los retrasos rondaron los 35 minutos. La falta de alternativas viables para descomprimir el flujo vehicular agrava la situación en cada jornada laboral.
Los usuarios manifestaron su preocupación por la falta de planificación y obras que mejoren la conectividad entre ambas ciudades, señalando el deterioro de las infraestructuras existentes y el crecimiento del parque automotor sin soluciones concretas. Las quejas apuntaron también a la ausencia de personal de tránsito en los puntos más críticos.
Desde las autoridades no hubo hasta el momento un pronunciamiento oficial ni medidas inmediatas para aliviar la congestión que afecta diariamente a miles de personas. Los vecinos insisten en la necesidad urgente de planificar nuevas rutas y reforzar el transporte público como alternativa.
“Nos sentimos abandonados. Cada mañana es una tortura cruzar el puente”, expresaron automovilistas y vecinos de Cipolletti, quienes consideran que los tiempos de espera son inaceptables y ponen en riesgo incluso la llegada a turnos médicos o compromisos laborales.
La situación se presenta en un contexto de creciente demanda vial y falta de obras de infraestructura acordes al crecimiento poblacional de la región, lo que convierte a los puentes interprovinciales en verdaderos cuellos de botella para el tránsito diario.