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Bomberos de Centenario enfrentaron focos ígneos urbanas y rurales durante el fin de semana

Este fin de semana, los Bomberos Voluntarios de Centenario desplegaron una intensa labor al intervenir en múltiples incendios, tanto en zonas urbanas como rurales. Varias dotaciones fueron movilizadas ante el inusual incremento de focos ígneos, la mayoría de origen intencional, lo que evidenció la capacidad de respuesta del cuerpo y la creciente demanda de emergencias […]

Este fin de semana, los Bomberos Voluntarios de Centenario desplegaron una intensa labor al intervenir en múltiples incendios, tanto en zonas urbanas como rurales. Varias dotaciones fueron movilizadas ante el inusual incremento de focos ígneos, la mayoría de origen intencional, lo que evidenció la capacidad de respuesta del cuerpo y la creciente demanda de emergencias en el ámbito local.

El sábado, el cuartel liderado por Patricio Álvarez registró incendios en lugar como la ex-chacra de los militares, Chacra Romano y zonas rurales conectadas con calles alejadas, donde la sequedad del terreno facilitó la propagación del fuego. Los bomberos lograron controlar estos siniestros tras horas de trabajo, aunque la recurrencia de estos incendios en sectores ya históricos preocupa a las autoridades.

El domingo replicó la exigencia operativa con nuevas alertas por focos en el centro de acopio Las Jarillas, la costa del río y otros puntos críticos, donde el fuego ardió nuevamente en residuos o vegetación, elevando columnas de humo visibles desde la Ruta 7. En cada emergencia, los bomberos actuaron con firmeza, aunque la frecuencia y recurrencia reflejan un escenario complejo para la respuesta voluntaria.

Las condiciones meteorológicas adversas impusieron una dificultad adicional: ráfagas que superaron los 60 km/h azotaron durante las primeras horas de la tarde, contribuyendo a la expansión rápida del fuego hacia sectores poblados. Las altas velocidades del viento obligaron al personal a extremar los cuidados para evitar que las llamas se descontrolaran, lo que demandó esfuerzo físico y prudencia táctica.

La presión sobre el cuerpo de bomberos es creciente: en los primeros cinco meses del año ya afrontaron más de 1.500 intervenciones, cifra que años atrás sólo alcanzaban al cierre del año, explicó Álvarez. Aunque muchas emergencias fueron de menor envergadura, el incremento sostenido representa un desafío operativo, presupuestario y en materia de desgaste de recursos humanos.

El fuego en lugares como el centro de acopio y la costa del río pone en alerta a vecinos y autoridades, ya que el humo invadía áreas de tránsito y generaba focos de tensión social. La coordinación con Servicios Públicos, Policía y Protección Civil resultó clave para trabajar en el enfriamiento de zonas sensibles y prevenir que el fuego alcanzara viviendas próximas.

Ante esta situación, los bomberos están redoblando los esfuerzos en tareas preventivas y comunitarias, incluyendo campañas de concienciación para desalentar la quema de residuos o pastizales. Sin embargo, reconocen que solo un enfoque integral —con vecinos, municipio y voluntarios— podrá reducir la recurrencia de incendios evitables.

La jornada del fin de semana es reflejo de una emergencia cotidiana que excede al voluntariado, impone la necesidad de robustecer políticas de prevención, recursos y planificación territorial. La vocación, el trabajo en equipo y la capacidad operativa del cuerpo de Bomberos de Centenario mantienen en pie su labor, incluso cuando el fuego aparece donde ya se lo conoce.

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