
La ciudad de San Carlos de Bariloche vive días de conmoción luego de que se desarticulara lo que sería una secta internacional con base en Rusia, acusada de trata de personas, falsificación de documentación y posibles abusos sexuales. La investigación se activó tras la denuncia del personal del hospital zonal, que observó el extraño comportamiento de una joven embarazada de nacionalidad rusa, acompañada en todo momento por dos mujeres que la controlaban estrictamente.
La situación generó sospechas y derivó en una investigación federal. El sábado pasado, se realizaron allanamientos simultáneos en el aeropuerto de Bariloche y en Ezeiza, con la detención de al menos 29 personas, muchas de ellas extranjeras. Entre los arrestados se encuentra Konstantin Rudnev, un hombre con pasaporte ruso, sindicado como el líder de la organización y con un prontuario delictivo en Europa que incluye una acusación por violación en Moscú.
Según detalló el periodista Nicolás Véliz, en diálogo con Radio 7, hasta el momento fueron liberadas dos mujeres rusas, presuntamente víctimas de la red. Una de ellas sería la joven embarazada que ingresó al hospital zonal semanas atrás. El mismo hospital había reportado con anterioridad una presencia inusual y reiterada de mujeres rusas solicitando atención médica.
La denuncia inicial surgió del área social del hospital, tras observar que una mujer embarazada frecuentaba el lugar desde el tercer mes de gestación sin hablar castellano, siempre acompañada y con documentación dudosa. La investigación se profundizó cuando surgieron inconsistencias al momento de inscribir a un recién nacido en el registro civil del nosocomio.
Uno de los testimonios más inquietantes fue el de un prestador turístico en la avenida Bustillo, quien relató que cuatro mujeres rusas se alojaron en su complejo de cabañas a mediados de marzo.
“Vivían encerradas, con las cortinas siempre cerradas, no dejaban entrar ni al personal de limpieza y usaban sus propias antenas satelitales, rechazando la red Wi-Fi del lugar”, describió.
El mismo prestador indicó que, ante la insistencia por permanecer más tiempo —incluso ofreciendo pagar cifras elevadas por día— y aludiendo la llegada de un contingente de 30 personas, se negó a seguir alojándolas y dio aviso a las autoridades. Poco después, la Policía Federal allanó el lugar en busca de Rudnev.
La causa se maneja con fuerte hermetismo judicial. Ayer se realizó una audiencia en el juzgado federal de Bariloche, sin acceso a la prensa. Las fuerzas de seguridad mantienen la custodia del edificio, mientras continúan recolectando testimonios clave, incluidos transportistas del aeropuerto y vecinos que dieron alojamiento a miembros del grupo.
La presunta fachada de la secta eran cursos de yoga ofrecidos en dólares, una práctica que ya se investigaba en otras provincias. Se sospecha que el grupo opera desde los años 80 y que habría trasladado su base de operaciones a Bariloche en marzo de este año.
Por el momento, 29 personas permanecen detenidas —14 en Bariloche y 15 en Buenos Aires—, mientras se espera la resolución de hábeas corpus presentados por la defensa del supuesto líder y su pareja.