El episodio se produjo cerca de las 17:15, cuando varios padres retiraban a sus hijos del establecimiento. “De repente, escuchamos los disparos. Fue una escena dantesca: padres cubrían a sus hijos, mientras otros corrían buscando refugio. Las balas no solo eran de armas comunes, sino de calibre 9 mm, algo alarmante”, describió Silvana Cufré a Radio 7, una de las mamás que fue testigo del violento incidente.
Según los testigos, el enfrentamiento involucró a dos bandas delictivas, una de ellas a bordo de un vehículo desconocido en la zona. “Reconocimos rostros y armas, pero no hubo tiempo de reaccionar o grabar. Todo ocurrió en cuestión de segundos”, añadió la madre.
El temor no se limita al Jardín N° 15. Cufré explicó que muchas familias están considerando retirar a sus hijos de la institución. “Sin embargo, esto no es solución. La violencia puede trasladarse a cualquier otro jardín de la ciudad”, expresó.
La comunidad también denunció que el aumento del narcomenudeo está vinculado a este tipo de hechos. “Cutral Co parece una Sinaloa en miniatura. Es alarmante cómo estas bandas operan sin restricciones”, señaló Cufré.
En respuesta al episodio, la directora del jardín y varios padres se comunicaron con la policía, pero las autoridades llegaron cuando los agresores ya habían escapado. “El problema no es solo la inseguridad, sino también la falta de recursos de la policía. No hay móviles ni personal suficiente para garantizar nuestra protección”, afirmó.
La madre destacó que, pese a haber mantenido reuniones con funcionarios policiales, las soluciones son lentas y burocráticas. “Pedimos presencia policial en horarios críticos, pero hasta ahora no hemos visto resultados concretos”, lamentó.
Este no es un caso aislado. Cufré recordó otros episodios trágicos recientes en la ciudad, incluyendo la muerte de un niño y un policía, víctimas de balas perdidas. “En cualquier barrio de Cutral Co hoy en día reina el peligro”, expresó con angustia.
Ante la gravedad de los hechos, los vecinos exigen que las autoridades locales asuman su responsabilidad. “El intendente debe actuar y garantizar la seguridad de nuestras familias. No podemos vivir con miedo constante”, insistió.
La situación ha dejado secuelas emocionales en los niños. “Tuvimos que decirles que eran fuegos artificiales para que no quedaran traumatizados, pero esto no puede seguir así. La prioridad deben ser nuestras infancias”, manifestó Cufré.
El reclamo de la comunidad es claro: más recursos para las fuerzas de seguridad, controles estrictos al tráfico de armas y presencia policial constante. “No podemos seguir siendo rehenes de la delincuencia. Hoy mi hija está viva, pero si algo le llegara a pasar, no me quedaré de brazos cruzados”, concluyó la madre.