La justicia neuquina continúa investigando el caso de Alison Calfunao, la joven que tras una cirugía de ligadura de trompas sufrió dos paros cardíacos, perdió una pierna y debió ser trasplantada de corazón.

En las últimas horas se realizó una audiencia de control de investigación, en la que el juez Lucas Yancarelli hizo lugar a varios planteos de la querella encabezada por el abogado Mariano Mansilla. Entre ellos, se ordenó peritar las historias clínicas originales —no fotografías ni copias— y también analizar el equipamiento utilizado durante la operación, para determinar si funcionaba correctamente y si la paciente recibió la oxigenación adecuada.

Los principales señalados en la investigación son el cirujano ginecólogo que realizó la operación y el anestesista presente en el quirófano, aunque hasta el momento no se han formulado cargos formales.

La querella insiste en que el caso debe tratarse con mayor celeridad por parte de la fiscalía, al considerar que se trata de un hecho de extrema gravedad y complejidad médica y legal.

“Una persona que entra a una cirugía menor no puede terminar con un trasplante de corazón y la amputación de una pierna. Esto debe esclarecerse para que la sociedad tenga garantías y confianza en el sistema de salud”, señaló Mansilla.

En los próximos días se esperan informes periciales médicos que podrían ser clave para establecer qué falló durante la intervención en la clínica San Lucas y si existió mala praxis profesional.