Este domingo 1 de septiembre, Inés Ragni, una de las históricas Madres de Plaza de Mayo de Neuquén y Alto Valle, falleció a los 96 años. Su vida estuvo marcada por una lucha incansable en la búsqueda de su hijo, Oscar Ragni, desaparecido durante la última dictadura cívico-militar en Argentina. Inés se convirtió en un símbolo de resistencia y lucha por los derechos humanos, siendo una voz firme en la exigencia de verdad y justicia.
Oscar Ragni fue secuestrado el 23 de diciembre de 1976, cuando salía de su casa en el barrio El Progreso de Neuquén. Estudiante de arquitectura en La Plata, se encontraba de vacaciones en su ciudad natal cuando fue entregado por su primo, quien trabajaba como personal civil de inteligencia. Desde ese momento, Inés y su esposo Oscar comenzaron una búsqueda incesante que duró toda su vida.
Inés nunca dejó de exigir respuestas sobre el paradero de su hijo y de los miles de desaparecidos durante la dictadura. Su testimonio fue clave en los juicios por delitos de lesa humanidad, donde relató con dolor y firmeza los hechos que llevaron a la desaparición de su hijo. En noviembre de 2023, declaró ante el Tribunal Oral Federal 1 de Neuquén en el marco del octavo juicio por estos crímenes, reafirmando: “No me quiero ir de este mundo sin saber qué fue lo que hicieron con mi hijo”.
El fallecimiento de Inés Ragni ha dejado un profundo vacío en la comunidad neuquina y en todos aquellos que la conocieron y respetaron su lucha. Figuras políticas y sociales, como la exdiputada Myriam Bregman y el gobernador Rolando Figueroa, expresaron su pesar por la partida de Inés, destacando su compromiso inquebrantable con los derechos humanos y su lucha por la memoria, la verdad y la justicia.
El velatorio de Inés se realizó el domingo en la sala de CALF en Neuquén, donde familiares, amigos y compañeros de lucha pudieron despedirla. Sus restos serán trasladados al Cementerio Central este lunes, donde se llevará a cabo el último adiós a una mujer que dejó una huella imborrable en la historia de los derechos humanos en Argentina.
Inés Ragni dedicó su vida a exigir justicia, y aunque nunca obtuvo las respuestas que tanto anhelaba, su legado es un recordatorio permanente de la importancia de la memoria y la lucha por los derechos humanos. Su partida marca el fin de una era, pero su ejemplo seguirá inspirando a las futuras generaciones en la búsqueda de un país más justo y democrático.
La comunidad despide a Inés con el compromiso de seguir su ejemplo. Su lucha por la verdad y la justicia continúa viva en cada uno de los que la acompañaron en su camino, y su historia será siempre un faro de esperanza y resistencia para todos aquellos que creen en un mundo donde los derechos humanos sean respetados y defendidos.
