
A casi dos años del asesinato del soldado voluntario Pablo Córdoba en el Grupo de Artillería 16 de Zapala, su familia vuelve a marchar exigiendo justicia. El próximo lunes 1 de junio a las 17 horas, se realizará una movilización frente al Ejército, mientras la causa judicial continúa sin avances concretos, aunque con recientes cambios de juez, fiscal y abogado querellante.
El hecho ocurrió el jueves 1 de junio de 2023 a las 6:10 de la mañana, en el mismo regimiento donde fue asesinado el conscripto Omar Carrasco en 1994. La muerte de Córdoba fue inicialmente caratulada como suicidio, pero en diciembre de 2023 la justicia la reclasificó como homicidio, debido a las pruebas recolectadas. Desde entonces, sin embargo, el expediente permanece estancado.
En diálogo con Noticias 7, Natalia Uribe, madre de Pablo, denunció la falta de avances y el encubrimiento dentro de la institución militar. “Seguimos esperando saber la verdad y descubrir quiénes son los asesinos de mi hijo. Espero que con el nuevo fiscal y juez, esto finalmente se investigue como corresponde”, sostuvo en diálogo con este medio.
Uno de los principales reclamos de la familia es realizar una inspección ocular en el lugar de los hechos. Según Uribe, esta diligencia es clave para que las nuevas autoridades judiciales comprendan la disposición espacial del regimiento y puedan cotejar los testimonios, muchos de los cuales presentan contradicciones graves.
Testigos clave aseguran no haber escuchado los disparos, a pesar de haber estado a escasos metros del lugar donde Pablo recibió los balazos. En contraste, vecinos y otros soldados más alejados del sitio sí los oyeron, lo que refuerza las sospechas de encubrimiento o manipulación de declaraciones dentro del propio Ejército.
La inspección ocular aprobada recientemente permitirá a los nuevos responsables de la causa reconstruir lo ocurrido y verificar las declaraciones. Natalia Uribe considera esta medida como esencial: “Es fundamental que conozcan el lugar, porque sólo así podrán entender las inconsistencias que venimos denunciando”.
El caso Córdoba se inscribe en una historia de violencia y opacidad dentro de las fuerzas armadas en Zapala. La cercanía física entre el sitio donde mataron a Pablo y donde apareció el cuerpo de Omar Carrasco tres décadas antes, no hace más que intensificar la desconfianza pública en torno a la transparencia institucional.
Mientras tanto, la causa sigue sin imputados ni avances significativos a la vista, y la familia Córdoba continúa luchando en soledad. La marcha de este lunes no sólo recordará a Pablo, sino que buscará poner presión sobre la justicia y el Ejército, en un contexto donde aún prima el silencio oficial y la impunidad.