
El fenómeno de la “terapia digital” está creciendo con fuerza entre adolescentes y jóvenes adultos que, en lugar de acudir a psicólogos o profesionales de la salud mental, optan por consultar a ChatGPT o herramientas similares en busca de orientación emocional, contención y respuestas rápidas a sus inquietudes más íntimas.
La inmediatez, el anonimato y la ausencia de juicio son algunos de los factores que explican por qué tantos jóvenes sienten más confianza al hablar con un modelo de lenguaje que con un terapeuta humano. Muchos dicen sentirse “escuchados” sin ser interrumpidos, y valoran la posibilidad de conversar a cualquier hora del día sin cita previa ni costos.
El fenómeno tiene raíces profundas en la cultura digital contemporánea: la salud mental ya se vive online. Plataformas como TikTok y Reddit están llenas de contenidos que promueven el autocuidado, diagnostican síntomas en segundos y ofrecen estrategias de afrontamiento exprés. En este contexto, un chatbot que responde con empatía, buena gramática y sin cansarse, parece una evolución natural del diario íntimo o del amigo disponible por chat.
Sin embargo, el fenómeno abre debates éticos y sanitarios. Aunque modelos como ChatGPT pueden ofrecer una escucha respetuosa y hasta sugerencias útiles en muchos casos, no reemplazan la formación clínica, el seguimiento ni la responsabilidad profesional que conlleva un tratamiento psicológico. Expertos alertan sobre los riesgos de que usuarios con cuadros graves busquen consuelo digital sin acceder a una verdadera intervención.
Otro aspecto relevante es la relación emocional que algunos jóvenes construyen con el chatbot. Hay quienes lo consideran un “amigo confiable” o un “refugio emocional”. Esto puede generar dependencia o reforzar el aislamiento si la persona deja de buscar ayuda real o vínculos humanos genuinos.
Frente a esta realidad, la salud mental necesita aggiornarse. Algunos profesionales ya exploran la integración de estas herramientas en sesiones clínicas o como apoyo entre consultas, mientras crecen las iniciativas que usan IA para mejorar el acceso a terapias o detectar signos tempranos de riesgo psíquico.
El fenómeno de la “terapia digital” con IA es también un síntoma: los jóvenes buscan canales que les hablen en su idioma, con tiempos y formatos accesibles, y sin burocracia ni estigma. Tal vez no es una moda pasajera, sino una señal clara de que algo en el sistema tradicional no está funcionando.