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Vaca Muerta entre el ajuste y la expectativa

Producción, empleo e inversión en un presente tenso y un futuro aún abierto. Mientras la palabra “eficiencia” se vuelve la consigna más repetida entre empresas, operadoras y actores del sector energético, Vaca Muerta transita una etapa de contracción con impactos reales sobre el mercado laboral, la cadena de servicios y la inversión inmobiliaria. Lejos de los […]

Producción, empleo e inversión en un presente tenso y un futuro aún abierto. Mientras la palabra “eficiencia” se vuelve la consigna más repetida entre empresas, operadoras y actores del sector energético, Vaca Muerta transita una etapa de contracción con impactos reales sobre el mercado laboral, la cadena de servicios y la inversión inmobiliaria. Lejos de los discursos simplificados, el presente de la principal cuenca no convencional de Argentina exige una lectura más amplia, donde la retracción no implica colapso, pero sí obliga a repensar los próximos pasos.

En el ciclo Desafío Energético de Canal 7 de Neuquén, tres voces autorizadas aportaron análisis complementarios que, al cruzarse, permiten trazar un diagnóstico integral del momento actual: Luciano Fucello, country manager de NCS Multistage; Leticia Torres, directora de Patagonia Resources; y Marina Demaria, presidenta del Colegio de Martilleros y Corredores Públicos de Neuquén.

Producción: entre los récords pasados y la meseta que viene

La actividad en Vaca Muerta va a disminuir un 30% en el segundo semestre de 2025”, afirmó Fucello sin rodeos. Según sus proyecciones, de las 12.000 etapas de fractura realizadas en el primer semestre, se pasará a unas 8.500 en los próximos seis meses. Esto significa que hasta cinco de los doce sets de fractura activos podrían quedar inactivos, una señal clara de retracción. El número, aunque aún elevado en términos históricos, marca una curva descendente que se siente especialmente en las pymes locales.

Pero Fucello puso el freno a la alarma:

No es que Vaca Muerta se está cayendo. Si miramos todo el año, vamos a cerrar con 21.000 etapas de fractura, más que el año pasado.

En su análisis, el freno actual responde a una combinación de factores: precios internacionales bajos, altos costos internos en dólares, saturación geográfica en Añelo, presión por recortes y el efecto electoral típico de cada año político.

Además, anticipó el desplazamiento gradual del eje operativo hacia el norte de la formación, donde hay mayor espesor de roca, posibilidad de stacking y nuevos pozos sin interferencia:

En Añelo ya hay pozos compitiendo entre sí. En el norte hay lugar para pozos de altísima productividad. Y después vendrá el sur. Vaca Muerta tiene 30.000 km². Esto recién empieza.

Empleo: entre la reestructuración y la reinvención

Quien puso rostro humano a la estadística fue Leticia Torres. Desde su experiencia en recursos humanos, confirmó que la baja en la actividad ya se traduce en despidos y reestructuraciones.

No es grato tener que reestructurar y sacar personas. Pero ya está pasando y va a seguir sucediendo.

Torres explicó que la reducción afecta a todos los niveles del organigrama: desde operarios hasta ejecutivos, y que muchas personas están intentando reconvertirse:

Recibimos muchas consultas para emprender, para hacer consultorías. La gente busca reinventarse.

Su mensaje fue claro y directo:

Formarse y estudiar siempre. Entramos en una etapa de eficiencia. El que no aporta valor, queda afuera.
Hay que prepararse para lo que se viene, no esperar a que vuelva la bonanza.

La entrevistada también destacó que la presión de las grandes empresas para bajar costos en las pymes locales es uno de los factores centrales de esta contracción. Pero no descartó un rebote futuro:

Esto no es el final de Vaca Muerta. Es un impasse. Hay que resistir con inteligencia.

Inversión inmobiliaria: camas vacías, traslados riesgosos y planificación pendiente

Mientras el flujo de inversiones se modera, en el sector inmobiliario también se siente el freno. Marina Demaria, presidenta del Colegio de Martilleros de Neuquén, alertó que hay departamentos nuevos en Añelo sin alquilar, y que muchas empresas optan por trasladar a su personal desde otras ciudades, exponiéndolos a riesgos viales cotidianos.

No es más caro alquilar que trasladar a la gente. El costo total es el mismo, pero la seguridad y la vida no vuelven.
Hay que tener una conversación seria, empresarial, sindical, humana. Estamos viendo muertes todas las semanas en las rutas.

Demaria también explicó que el mercado inmobiliario no está reteniendo propiedades especulativamente, sino que la oferta es insuficiente y los costos se disparan por la ley de oferta y demanda. Además, aclaró que el Colegio no regula precios, sino que fiscaliza que los profesionales estén debidamente matriculados y cumplan su rol.

Un momento de inflexión

Vaca Muerta no se derrumba, pero tampoco está en su mejor momento. Lo que ocurre hoy es una etapa de transición forzada, de reorganización, que afecta a todos los niveles de la cadena: desde la producción hasta el último comercio de barrio que depende del salario petrolero.

La advertencia de fondo es clara:

  • El modelo hiperacelerado no es sostenible.
  • La expansión debe planificarse.
  • La eficiencia no puede ser un eufemismo para precarizar.
  • Y el desarrollo territorial, humano y social debe acompañar a la inversión.

Si Vaca Muerta va a ser el motor del país, como tantas veces se ha dicho, entonces su presente merece más que estadísticas: merece políticas públicas, previsión y una mirada de largo plazo.

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