
Un ex proveedor de HLB Pharma, uno de los laboratorios señalados por las 52 muertes derivadas del fentanilo contaminado, admitió que «nunca creyó» que el la institución «tenía problemas legales».
Mario Emilio Arango Ochoa sostuvo en diálogo con Camila Dolabjian en el programa Cristina sin vueltas por Radio Rivadavia que el laboratorio de San Isidro «tiene 80 años de trayectoria», por lo que «jamás pensó que había inconvenientes con la Justicia».
En este sentido, el hombre admitió que «nosotros no teníamos la menor idea de que la fábrica iba a estar en Paraguay o en la Triple Frontera porque la zona es un poco árida dado que se encuentra en el Amazonas», al tiempo que resaltó que la empresa «le debe dinero» por las máquinas provistas.
Ochoa Arango recordó que los propietarios le consultaron si se podía instalar la fábrica en la Triple Frontera, a lo que respondía «estaba la posibilidad pero que debían considerar la mano de obra», que era muy costosa.
«Las máquinas fueron entregadas en la Argentina, pero ellos las llevaron a Paraguay. Cuando viajé las dos veces, no había nada armado. Estaban solamente las cajas rotuladas», explicó.
El empresario añadió que la relación con Ariel García Furfaro era de carácter «profesional» porque «no sabía nada de sus vidas privadas» y que se dedicaban a los negocios.