
El Paso Internacional Pino Hachado se mantendrá cerrado este jueves 3 de julio, tras registrar su tercer día consecutivo de inactividad debido a las bajas temperaturas que dañaron las cañerías de agua del complejo fronterizo, según reportes oficiales de Defensa Civil de Neuquén . La situación mantiene varados centenares de camiones por segundo día consecutivo.
Carlos Cruz, director de Defensa Civil, confirmó que la reapertura depende del informe técnico que se emitirá durante la mañana de este jueves, el cual evaluará el estado operativo de las instalaciones y la integridad del suministro de agua. Hasta entonces, el paso permanecerá inhabilitado por cuestiones técnicas, no puramente climáticas.
Las bajas temperaturas afectaron directamente al sistema de agua del complejo fronterizo, interrumpiendo el suministro y dejando sin funcionamiento los servicios esenciales en la zona, según Cruz. Aunque no hay alerta por nevadas, el congelamiento interno desató el cierre temporal.
Defensa Civil coordinó retenes en Zapala para evitar desborde de camiones hacia Las Lajas, explicó Cruz; el objetivo es contener el ingreso de transporte pesado hacia la plaza de estacionamiento en Las Lajas y evitar saturaciones logísticas.
Paralelamente, el Servicio Meteorológico Nacional estimó para este jueves en Pino Hachado una mínima de −3 °C y una máxima de 8 °C, con cielo nublado y sin pronóstico de precipitaciones, lo que facilita las tareas técnicas, pero no garantiza la apertura inmediata si persisten daños en las instalaciones .
La continuidad del cierre obliga a que se evalúen diariamente las condiciones técnicas y climáticas, con un informe matutino que determinará si es posible reanudar operaciones bajo condiciones seguras. Las autoridades advirtieron que el restablecimiento del paso no es automático ni inmediato.
El impacto en el tránsito interfronterizo es significativo, ya que centenares de camiones y pasajeros dependen de este cruce andino, lo que genera demoras en la cadena de abastecimiento y logística regional. El cierre golpea el flujo comercial entre Argentina y Chile hasta la confirmación oficial.
En un contexto de ola polar extrema en la Cordillera neuquina, el episodio marca la fragilidad de la infraestructura ante condiciones climáticas adversas, y plantea la necesidad de mejorar los sistemas de agua y calefacción en los complejos fronterizos para evitar futuras interrupciones.