El Gobierno nacional autorizó, tras 22 años de restricciones, el ingreso de carne con hueso a la Patagonia desde zonas del país donde la fiebre aftosa está controlada mediante vacunación. La medida, oficializada este viernes a través de la Resolución 460/2025 del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa), publicada en el Boletín Oficial, marca un cambio parcial en la normativa vigente desde 2001, tras un brote de la enfermedad que llevó a establecer barreras sanitarias estrictas.
La resolución permite el traslado de cortes específicos con huesos planos, como costilla, asado y esternón, bajo estrictas condiciones sanitarias. Estos cortes deberán provenir de animales sacrificados en establecimientos habilitados por Senasa, cumplir con requisitos de maduración, pH controlado, empaque primario y secundario, y garantizar la trazabilidad. La medida responde a evaluaciones de riesgo que determinaron que la probabilidad de introducir el virus de la fiebre aftosa es insignificante, según estudios realizados por el organismo sanitario.
La Patagonia, zona libre de fiebre aftosa sin vacunación, mantiene un estatus sanitario privilegiado reconocido por la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA). Este estatus le permite acceder a mercados internacionales exigentes, como la Unión Europea y Chile. Sin embargo, la flexibilización de la barrera sanitaria generó controversias previas, con críticas de productores y gobernadores patagónicos que temen un impacto en la competitividad de la región y posibles riesgos sanitarios.
En marzo de 2025, la Resolución 180/2025 ya había intentado habilitar el ingreso de carne con hueso, pero la fuerte oposición de las provincias patagónicas llevó a su suspensión temporal por 90 días, extendida luego por otros 60 días mediante la Resolución 419/2025. Los productores del sur argumentaron que la medida podía comprometer el estatus sanitario y afectar la economía regional, donde el precio del asado supera los $20.000 por kilo, más del doble que en Buenos Aires ($8.200).
La nueva normativa busca equilibrar la apertura comercial interna con la bioseguridad, alineándose con las recomendaciones de la OMSA. Senasa asegura que los controles sanitarios garantizarán la inocuidad de los productos, incluyendo requisitos como la exclusión de cabeza, faringe y nódulos linfáticos en los cortes, además de un proceso de maduración a más de 2 °C durante al least 24 horas y un pH menor o igual a 5.9.
Cortes con huesos largos, como osobuco o lomo con hueso, seguirán prohibidos, según la resolución, para minimizar cualquier riesgo sanitario. Asimismo, el traslado de material reproductivo, como embriones y semen, también está regulado con estrictos requisitos, como pruebas negativas de anticuerpos o vacunación previa de los animales donantes, siguiendo las directrices internacionales.
El Gobierno espera que esta medida reduzca los costos de la carne en la Patagonia, donde la oferta limitada ha elevado los precios. Sin embargo, productores y frigoríficos del sur insisten en que la apertura podría afectar las exportaciones a mercados premium, que valoran el estatus sanitario diferenciado de la región. Las provincias patagónicas, lideradas por Río Negro, han calificado la decisión como “inconsulta” y “arbitraria”.
La Mesa de Diálogo y Trabajo convocada por la Secretaría de Agricultura continuará evaluando los impactos de la medida. Mientras tanto, Senasa enfatiza que la resolución no comprometerá el comercio internacional ni el estatus sanitario de Argentina, reafirmando su compromiso con la sanidad animal y la competitividad del sector agropecuario.
