
La Universidad Nacional del Comahue (UNCo) atraviesa una de las peores crisis estructurales de su historia reciente. A las renuncias de más de un centenar de docentes por falta de ingresos dignos, se suma la precariedad edilicia que este invierno vuelve a dejar a estudiantes y trabajadores sin calefacción. En este contexto, este miércoles se realizó una nueva marcha federal universitaria, en el marco de un paro de 48 horas en todo el país.
“Este es el segundo invierno que pasamos sin calefacción. En Bariloche, incluso se apaga la calefacción a las 20 horas para ahorrar gas. La situación es crítica”, denunció Agustín Donnadieu, integrante del Consejo Superior de la UNCo, en diálogo con Todo se Sabe.
La convocatoria forma parte de una protesta nacional impulsada por el Frente Sindical Universitario y el Consejo Interuniversitario Nacional, frente a la crisis presupuestaria que se profundizó con el congelamiento de fondos por parte del Gobierno nacional desde 2023.
“Desde octubre ya renunciaron más de 100 docentes. Tuvieron que irse a trabajar a otros lados porque no les alcanza”, explicó Donnadieu.
Salarios por el piso, becas insuficientes y edificios colapsados
Además del deterioro edilicio, el consejero remarcó que las becas estudiantiles son prácticamente simbólicas y que cada vez más jóvenes deben dejar sus estudios por razones económicas. “No es un problema nuevo, pero se agravó brutalmente con el congelamiento presupuestario”, señaló.
El dirigente estudiantil, oriundo de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de General Roca, advirtió que muchos alumnos ya dejaron de cursar y regresaron a sus pueblos porque no pudieron sostener el gasto de vivir fuera de casa.
La UNCo no es una excepción. En universidades de todo el país se replican las clases sin calefacción, la falta de materiales, y los problemas estructurales que hacen imposible mantener la calidad educativa.
Paro y movilización: “Nos llama la atención la falta de continuidad en la lucha”
El paro universitario de 48 horas coincidió con una marcha nacional que en Neuquén capital tuvo su epicentro en la sede de calle Buenos Aires, a las 17 horas. “Nos llama la atención que después de la marcha histórica del 23 de abril, no se haya continuado la lucha. Pasaron meses y esta es la primera gran convocatoria nuevamente”, cuestionó Donnadieu.
A su vez, consideró que se perdió impulso cuando más se necesitaba: “Sabíamos desde octubre que esto iba a pasar. La conducción universitaria, los gremios y las federaciones estudiantiles debieron sostener la presión”.
Un proyecto de ley y una esperanza
En paralelo, se espera que en julio comience a tratarse en el Congreso un proyecto de ley para garantizar el financiamiento universitario. Se trata de una iniciativa que había sido aprobada el año pasado en ambas cámaras pero que luego fue vetada por el presidente Javier Milei, lo que desató las movilizaciones de abril.
“No es solo una cuestión de edificios o de calefacción. Es el futuro de miles de estudiantes que hoy están dejando la universidad. Necesitamos soluciones ya”, concluyó Donnadieu.