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Balsa las Perlas: “Estamos dos meses con el agua estancada”

Las calles de Las Perlas volvieron a quedar bajo el agua. La crecida del río y el aumento de la erogación generaron inundaciones que afectan año tras año a cientos de vecinos. Sin obras de infraestructura ni soluciones de fondo, muchas zonas del barrio están nuevamente intransitables, obligando a los habitantes a atravesar sectores anegados […]

Las calles de Las Perlas volvieron a quedar bajo el agua. La crecida del río y el aumento de la erogación generaron inundaciones que afectan año tras año a cientos de vecinos. Sin obras de infraestructura ni soluciones de fondo, muchas zonas del barrio están nuevamente intransitables, obligando a los habitantes a atravesar sectores anegados y peligrosos, incluso en plena oscuridad y sin iluminación. La vecina Yanet lo contó en diálogo con “Todo se sabe”, el programa matutino de Radio 7: “Esto nos pasa todos los años, y nadie hace nada. Se inunda todo, los autos se quedan y nadie viene a sacar el agua.”

La zona más comprometida está cerca del paseo costero, donde la bicisenda actúa como una barrera natural. De un lado está el río y del otro una laguna. Con cada crecida, el agua se filtra y ocupa el bajo nivel de las calles. “No es que el agua viene directamente del río, sino que filtra desde abajo. Queda todo anegado y así estamos dos meses o más. Nadie viene con una bomba, no hay asistencia,” remarcó Yanet, quien además compartió videos que muestran el deterioro de la zona.

En su relato, la vecina remarcó que la inundación es un problema estructural y reiterado. Aseguró que todos los inviernos enfrentan la misma situación: calles que desaparecen, caminos provisorios que también se inundan y vehículos particulares —sobre todo los de menor tamaño— que terminan varados o directamente destruidos. “Los autos grandes pasan por los adoquines, pero los chicos se quedan siempre. Rompen los vehículos y después no hay a quién reclamarle,” advirtió.

La oscuridad también agrava los riesgos. La zona más afectada, entre Puerto Besado y San Julián, carece de alumbrado público. “De noche es un peligro. Hay vacas, caballos y pozos que no se ven. Encima hay un badén que no todos conocen, entonces muchos se hunden ahí,” explicó Yanet, haciendo referencia al desnivel de la calzada.

Ante la falta de obras de fondo, los vecinos improvisan calles paralelas o desvíos por chacras, donde recientemente pasaron máquinas para intentar mejorar el acceso. Sin embargo, esas soluciones son también temporarias. “La solución inmediata sería hacer una calle firme al costado, una calle bien hecha. No puede ser que tengamos que andar con los autos como si fueran 4×4 para llegar a casa,” reclamó con frustración.

La vecina explicó que, al tratarse de una zona densamente poblada, el problema impacta a diario en decenas de familias. “Hoy nomás, a las 7 de la mañana, veníamos 20 autos juntos de esa zona, llevando chicos a la escuela y yendo a trabajar,” señaló.

Desde hace años, los residentes piden una respuesta del gobierno provincial o municipal. Sin embargo, hasta el momento no hubo acciones concretas. Las imágenes muestran claramente el abandono, con autos que deben circular por las veredas, esquivando pozos invisibles y avanzando a tientas en la oscuridad. “Lo que no se puede controlar es la crecida del río, pero lo que sí se puede hacer es mantener los caminos, drenar el agua, poner bombas. Pero no hacen nada,” cerró Yanet.

La situación actual se presenta como otro ejemplo de cómo las obras postergadas se convierten en riesgos concretos para la seguridad y la vida diaria de la población. Las Perlas no puede seguir esperando. El reclamo ya no es sólo por comodidad, sino por seguridad y dignidad.

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