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El enemigo iraní y la postura de Milei

En medio de una creciente tensión internacional por los recientes bombardeos de Estados Unidos sobre instalaciones iraníes, el presidente argentino Javier Milei sorprendió con una serie de declaraciones que reconfiguran la histórica postura de neutralidad diplomática de Argentina. A través de redes sociales y entrevistas, el mandatario respaldó la ofensiva militar norteamericana y calificó directamente […]

En medio de una creciente tensión internacional por los recientes bombardeos de Estados Unidos sobre instalaciones iraníes, el presidente argentino Javier Milei sorprendió con una serie de declaraciones que reconfiguran la histórica postura de neutralidad diplomática de Argentina. A través de redes sociales y entrevistas, el mandatario respaldó la ofensiva militar norteamericana y calificó directamente a Irán como «enemigo de la Argentina», en referencia a los atentados contra la embajada de Israel en 1992 y la AMIA en 1994.

Una ruptura con la tradición diplomática argentina

«Es una definición que no se estila en el lenguaje diplomático», explicó la periodista Maíra García, jefa de política de Noticias Argentinas, en una entrevista en Todo se sabe. “Decirle a otro país que es un enemigo, y hacerlo de manera pública, implica consecuencias que históricamente Argentina ha evitado. Nuestro país ha defendido siempre una posición de no intervención y de promoción de la paz», destacó.

La postura de Milei fue acompañada por declaraciones del ministro de Defensa, Luis Petri, quien afirmó que «Argentina está del lado correcto de la historia», y del vocero presidencial Manuel Adorni, que afirmó: “Terrorismo nunca más”.

¿Consecuencias para la seguridad nacional?

Desde distintos sectores de la oposición se encendieron alarmas por el posible impacto de esta postura en la seguridad interna. Algunos legisladores anticiparon que evalúan presentar pedidos de juicio político al presidente, argumentando que una decisión de este calibre debería pasar por el Congreso.

“Ya sufrimos dos atentados por los cuales se culpa a Irán. Declarar abiertamente que es un enemigo podría ponernos otra vez en la mira”, señaló García. Además, advirtió sobre la sensibilidad de zonas como la Triple Frontera, donde operan hace años organizaciones vinculadas al extremismo.

El rol del Congreso y la estrategia internacional

Intentando moderar el impacto de las declaraciones presidenciales, el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, aclaró que “la Argentina no va a involucrarse oficialmente en el conflicto” y que las palabras del presidente fueron una “decisión política sin implicancias inmediatas”. Sin embargo, estas señales no alcanzaron a disipar la preocupación sobre el rumbo diplomático del país.

“Argentina votó en soledad en la ONU, alineándose con Estados Unidos, en contra de su tradición histórica”, recordó García, y añadió que el alineamiento absoluto con el eje Washington-Tel Aviv, promovido por Milei, implica un cambio de doctrina sin precedentes.

El riesgo de una escalada global

Mientras algunos medios internacionales especulan con el riesgo de una tercera guerra mundial, la periodista subrayó que “aunque geográficamente lejos, la Argentina se acerca simbólicamente al conflicto cada vez que el presidente toma partido de manera tajante”. De concretarse una escalada bélica, el debate sobre la participación o neutralidad del país volverá a encenderse, pero con una diferencia sustancial: el presidente ya se declaró parte.

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