
Más de 1.700 familias cortan la calle Casimiro Gómez en el oeste de Neuquén capital para exigir la reactivación de obras de infraestructura esenciales. Los barrios afectados son Peumayén, 2 de Mayo, 7 de Mayo y 80 Lotes, donde desde hace años los vecinos carecen de servicios básicos como luz, agua, gas y cloacas. El corte comenzó este lunes a las 4 de la mañana y se mantendrá de forma indefinida hasta que las autoridades den respuestas concretas.
“Estamos cansados de esperar, nos prometieron obras que nunca terminaron”, expresó Pamela, vecina de Peumayén, en diálogo con Radio 7, quien junto a decenas de familias encabeza el reclamo. Según detalló, en 2021 se había asignado un presupuesto de 465 millones de pesos para llevar servicios a la zona, pero la empresa adjudicataria solo ejecutó un 5% de las obras y abandonó el barrio sin explicaciones.
Las tareas se detuvieron abruptamente y nadie informó cuándo continuarían. “Solo dejaron algunos nichos de gas y cámaras centrales. Nada más. Desde entonces no volvió nadie. Ni siquiera a dar la cara”, denunció Pamela. El reclamo apunta tanto al municipio como al gobierno provincial, a quienes responsabilizan por el abandono de las obras.
Los barrios mencionados están en tierras provinciales, lo que no ha impedido que otros loteos nuevos, según denunciaron los vecinos, sí estén siendo beneficiados con obras que incluso pasan por la misma calle Casimiro Gómez. “La bronca es que por acá pasa el gas y las cloacas, pero a nosotros no nos conectan nada”, reclamó la vecina.
Los vecinos están permitiendo solo el paso de colectivos, motos y servicios de emergencia, y aseguran que permanecerán en el lugar “hasta que alguien venga y dé explicaciones claras”. A través de notas presentadas en la Municipalidad y el registro de un número de expediente, intentaron seguir los canales institucionales, sin obtener respuesta alguna.
El impacto del corte es significativo, ya que se trata de una zona clave de conexión con la autovía norte, lo que ha convertido a Casimiro Gómez en uno de los puntos de protesta más recurrentes de la ciudad. “No nos vamos a mover hasta que trabajen. Nosotros tenemos el presupuesto, solo falta que hagan las obras”, afirmó Pamela.
La falta de gas complica aún más la situación en pleno invierno, con garrafas que superan los 30 mil pesos y que muchas familias no pueden costear. “No tenemos con qué calefaccionarnos. Es una situación desesperante”, sostuvo otra de las vecinas presentes. La protesta continuará este lunes y no descartan endurecer las medidas si no obtienen respuestas.
Mientras tanto, crece la tensión entre los vecinos y las autoridades, que hasta el momento no se han pronunciado públicamente sobre la obra inconclusa. El recuerdo de reclamos anteriores sin soluciones efectivas mantiene el escepticismo de quienes viven hace más de una década esperando que el Estado cumpla.