
Tras casi tres horas de protesta, los vecinos de las tomas 3 y 7 de Mayo levantaron el corte que realizaban sobre la calle Casimiro Gómez, uno de los accesos más transitados hacia la Autovía Norte. La manifestación comenzó cerca de las 6 de la mañana de este jueves y generó un importante embotellamiento en plena hora pico.
Decenas de vehículos quedaron varados, generando malestar entre automovilistas que se dirigían a trabajar o salían de la ciudad por el inicio del fin de semana largo. El corte afectó uno de los corredores viales más utilizados para salir del sector oeste de Neuquén hacia la autovía.
El conflicto que motivó el corte está relacionado con la falta de acceso a servicios básicos: entre 70 y 120 familias del asentamiento denuncian vivir sin energía eléctrica. Esta situación, según los vecinos, se mantiene desde hace tiempo sin solución y en condiciones precarias que representan un riesgo constante.
La cooperativa CALF no tiene responsabilidad directa en el suministro eléctrico de la zona, ya que se trata de un asentamiento no regularizado y con conexiones irregulares. Según se informó, las conexiones se realizan sin medidores, con materiales inseguros y en condiciones de sobrecarga, lo que impide que la empresa intervenga formalmente.
El Instituto Provincial de Vivienda y Urbanismo (IPVU) es el organismo que figura como titular de las tierras donde se encuentran las tomas, y por tanto, quien debe autorizar cualquier avance en regularización de servicios. Durante la mañana, funcionarios del IPVU se hicieron presentes en el lugar.
La presencia de los representantes del IPVU permitió abrir un canal de diálogo y derivó en el levantamiento del corte pasadas las 9. Si bien no hubo compromisos concretos, los vecinos señalaron que mantendrán el reclamo activo en caso de no obtener respuestas en los próximos días.
Una vez liberada la calzada, el tránsito comenzó a normalizarse en la zona, aunque las demoras persistieron durante varios minutos. La tensión bajó, pero la situación en los barrios populares sigue siendo crítica ante la falta de servicios básicos.
La protesta dejó al descubierto el impacto del crecimiento urbano desordenado en los márgenes de la ciudad y la necesidad urgente de políticas públicas que garanticen condiciones mínimas de habitabilidad. Los vecinos no descartaron nuevas medidas si no hay avances en su situación.