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Atropelló a un repartidor, no le hicieron el test de alcoholemia y sigue libre

Un conductor en evidente estado de ebriedad atropelló a un joven que trabajaba como repartidor en la ciudad de Neuquén, dejándolo con fracturas expuestas en fémur, tibia y peroné, y sin su herramienta de trabajo: la moto. El hecho ocurrió el pasado sábado por la noche, sobre calle Necochea, cuando la víctima descendía por esa […]

Un conductor en evidente estado de ebriedad atropelló a un joven que trabajaba como repartidor en la ciudad de Neuquén, dejándolo con fracturas expuestas en fémur, tibia y peroné, y sin su herramienta de trabajo: la moto. El hecho ocurrió el pasado sábado por la noche, sobre calle Necochea, cuando la víctima descendía por esa arteria y fue embestido por una camioneta que circulaba en contramano. Pese a la gravedad del accidente, no se le realizó el test de alcoholemia al conductor y la camioneta no fue secuestrada.

Giuliana, hermana del joven herido, denunció públicamente el accionar de las fuerzas de seguridad: “Dijeron que no tenían el aparato para hacer el test. Después, que no se lo hacían por el seguro. Y por último, que no iba a poder completarlo por su estado”, relató en una entrevista radial. Además, aseguró que los vecinos evitaron que el responsable se fugara tras el impacto, quitándole las llaves del vehículo.

El repartidor acababa de comenzar su jornada laboral cuando fue impactado. Como consecuencia del siniestro, debió ser internado de urgencia, con colocación de tensores y a la espera de múltiples cirugías. No podrá volver a trabajar durante varios meses, lo que agrava la situación económica de su familia.

La policía no retuvo la camioneta, ni detuvo al conductor. Según testimonios, pidieron que un familiar del acusado se llevara el vehículo, acción que genera más interrogantes que respuestas. “Ayer fuimos a Fiscalía para que este hombre se haga cargo del daño que hizo”, contó Juliana. Además, remarcó la necesidad de que se le quite la licencia de conducir, y se lo obligue a asumir las consecuencias.

El joven atropellado, que ahora enfrenta una larga recuperación, perdió su movilidad laboral, y su entorno exige que el hecho no quede impune. La bronca se intensifica al saber que no existe una prueba legal del estado de ebriedad, más allá de los múltiples relatos y registros en fotos y videos. “No hay test, no hay secuestro del vehículo, no hay responsables”, lamentó su hermana.

Finalmente, Giuliana relató un intento de contacto por parte del hijo del conductor, quien la instó a borrar una publicación que buscaba visibilizar el hecho en redes. “Me pidió que lo saque porque su papá estaba mal. Prometió que se harían cargo, pero al rato me bloqueó”, dijo, con evidente impotencia.

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