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La oposición y el estrecho desfiladero para no repetir un nuevo fracaso en Diputados

Luego de quedar trunco su intento por sesionar la semana pasada en torno a una amplia y desmedida paleta de proyectos de ley, la oposición vuelve a enfrentarse a sus propios fantasmas de cara a la posible citación al recinto de la Cámara de Diputados el próximo 4 de junio. Si no quiere repetir el traspié, deberá […]

Luego de quedar trunco su intento por sesionar la semana pasada en torno a una amplia y desmedida paleta de proyectos de ley, la oposición vuelve a enfrentarse a sus propios fantasmas de cara a la posible citación al recinto de la Cámara de Diputados el próximo 4 de junio.

Si no quiere repetir el traspié, deberá atravesar con éxito un estrecho desfiladero en la construcción del quórum, y para ello no tendrá más remedio que evitar la tentación de llenar la mochila de temas, como ocurrió días atrás cuando intentó mezclar en una misma convocatoria los proyectos jubilatorios, AGN, caso Libra y emergencia por inundaciones.

Con un oficialismo en alza tras las elecciones porteñas, que ya mostró poder de fuego al alinear a gobernadores a su causa, repetir la misma receta que llevó al precipicio es una condena directa al fracaso.

Por eso, si la oposición depusiera parte de sus expectativas y fuera más selectivo en la conformación del temario, posponiendo los asuntos más conflictivos (Libra, AGN), las probabilidades de tener éxito aumentarían proporcionalmente.

Uno de los diputados que diseñó la estrategia fallida en la oposición reconoció que hubo un “engolosinamiento” que partió de la premisa de sobreestimar las capacidades propias y subestimar las del adversario.

En la construcción de esa agenda, se priorizó dejar contentos y satisfechos a todos los sectores políticos por encima de pensar qué era lo posible de encaminar en ese contexto determinado.

«Si podés meter dos o tres goles, ¿para qué querés ganar por goleada?«, ilustró el diputado opositor al que la Agencia Noticias Argentinas tuvo acceso.

La tarde del día anterior a la convocatoria al recinto, los operadores de este nuevo grupo A opositor y del oficialismo cruzaban figuritas y coincidían en que estaban muy parejos en la cuenta para habilitar u obturar el quórum.

El Gobierno nacional estaba preocupado: quería evitar a toda costa el título de una victoria opositora después del triunfo electoral del domingo pasado.

Ese título hubiera cortado la buena racha y para el mileísmo es trascendental sostener la narrativa del éxito.

Ante esa situación desafiante, el presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem, se arremangó la camisa, y empezó a llamar frenéticamente a gobernadores y referentes de bloques para intentar hacer caer el quórum.

En la mañana del miércoles, a medida que se alargaba la reunión de Labor Parlamentaria, el olor a que se caía la sesión se fue haciendo más intenso.

Las gestiones del riojano dieron sus frutos, y la ayuda de los gobernadores aliados del radicalismo y del peronismo fue la palanca decisiva para derribar la sesión.

El cordobés Martín Llaryora hizo faltar a tres de sus diputados de Encuentro Federal. El gobernador catamarqueño Raúl Jalil bajó a dos de los suyos que se mantienen en UP. Lo mismo hizo el santiagueño Gerardo Zamora con cuatro legisladores que le responden.

El mandatario chubutense “Nacho” Torres hizo lo propio con “Loma” Ávila (EF), mientras que el jujeño Carlos Sadir instruyó a “Colo” Rizzotti (Democracia para Siempre) a dejar su banca vacía, del mismo modo que el chaqueño Leandro Zdero con Juan Carlos Polini (DPS).

Pero más allá de las presiones que ejerció Menem y el Gobierno también hubo torpezas y falta de coordinación en la oposición, que equivocó la estrategia.

Lo graficó en un extenso tuit la diputada cordobesa Alejandra Torres (EF), quien minutos antes de ausentarse en el recinto advirtió que “mezclar un tema tan complejo y urgente como el de las moratorias con otros como la distribución de cargos en la AGN o el tratamiento de $Libra no es la mejor manera de resolver los problemas de los jubilados”.

Para la legisladora, la estrategia de sus pares de la oposición fue una “puesta en escena” que se montó para “posicionarse políticamente”, sin importarles “el futuro previsional de millones de personas”.

Lo que cuesta comprender es que los cordobeses de Encuentro Federal bombardeen abiertamente la estrategia de sus propios compañeros de bloque, Oscar Agost Carreño y Nicolás Massot, quienes acordaron ese curso de acción con sus nuevos socios de Unión por la Patria y Democracia para Siempre.

Pero más todavía es difícil de entender que estén en desacuerdo con la designación como auditor general de Emilio Monzó, que fue quien los acercó a la bancada cuando ésta se denominaba Hacemos Coalición Federal al comenzar la gestión de Javier Milei. 

Según pudo averiguar la Agencia Noticias Argentinas de altas fuentes parlamentarias de la oposición, el tema Libra no se introducirá en el temario de la próxima sesión, pero no descartan jugar esa carta a través de una moción en el recinto cuando visualicen la oportunidad más clara para hacerlo.

“El tema sigue atemorizando al Gobierno”, aseguró un diputado del conglomerado opositor.

A medida que pasan las semanas y los meses, las estelas del escándalo Libra se van borrando del debate público y por eso la oposición considera que no puede dejar pasar mucho más tiempo para volver a agitar las aguas en el Congreso nacional.

La designación de autoridades de la comisión investigadora quedó empatada en la reunión constitutiva, y la idea de la oposición es someterlo a la votación del pleno, en lo que promete ser una farragosa e interminable discusión reglamentaria en el recinto.

Tampoco la oposición tiene resuelto a quién propondrán como candidato/a para ocupar la presidencia: Unión por la Patria postula a Sabrina Selva, en tanto que surgen como alternativas para ampliar la base de apoyos los nombres de Agost Carreño (EF) y Fernando Carbajal (DPS).

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