
Cada 29 de abril, Argentina conmemora el Día del Animal, una fecha dedicada a promover el respeto, la protección y la tenencia responsable de animales, tanto domésticos como silvestres. A diferencia de la celebración internacional del 4 de octubre, en homenaje a San Francisco de Asís, la versión argentina tiene una profunda raíz histórica local, vinculada al legado de Ignacio Lucas Albarracín, pionero en la defensa de los derechos de los animales.
La fecha recuerda el fallecimiento de Albarracín en 1926, quien años antes ya había impulsado la creación de esta jornada junto a Clemente Onelli, entonces director del Zoológico de Buenos Aires. La primera celebración se realizó en 1908 y con los años se transformó en una efeméride educativa y cultural a nivel nacional.
Albarracín fue un abogado cordobés, vegetariano y activista, conocido por su férrea oposición al maltrato animal. Durante su vida, encabezó campañas contra las corridas de toros, las riñas de gallos y el uso de animales en circos y zoológicos. Fue además cofundador de la Sociedad Argentina Protectora de los Animales (SAPA) y autor de la histórica Ley Nacional N° 2786 de Protección Animal, también llamada Ley Sarmiento, promulgada en 1891. Esta normativa prohibió el maltrato y la caza de animales y fue precursora de la Ley N° 14.346 de 1954, que penaliza los actos de crueldad.
El Día del Animal en Argentina no solo homenajea a las mascotas, sino que también plantea una reflexión sobre el rol del ser humano como responsable del bienestar animal. En un país donde el 78% de los hogares tiene al menos una mascota, la jornada cobra una dimensión significativa. Se destaca la importancia de garantizar las cinco libertades básicas de los animales: estar libres de hambre y sed, incomodidades, dolor, miedo y poder expresar su comportamiento natural.
Las actividades conmemorativas incluyen campañas de adopción, vacunación gratuita, charlas en escuelas, desfiles de mascotas y colectas solidarias organizadas por ONGs, municipios y entidades educativas. La fecha se ha convertido en una tradición cultural argentina, con una fuerte carga emotiva, institucional y social.
En contraste, el Día Mundial del Animal, celebrado el 4 de octubre, tiene un enfoque más global y religioso. Sin embargo, Argentina mantiene su propia fecha para reivindicar una lucha local, con un fuerte componente legal, educativo y activista que perdura en el tiempo.
En definitiva, el Día del Animal es un recordatorio del compromiso social con todos los seres vivos, un tributo al trabajo de Albarracín y un llamado a construir una sociedad más ética y compasiva hacia todas las especies.