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El puente carretero colapsa en horas pico y genera caos vehicular

El acceso a Neuquén desde Cipolletti se ha convertido en un calvario diario para miles de conductores, quienes deben afrontar largas filas y demoras de hasta 50 minutos en horarios de mayor circulación. A pesar de la inauguración del tercer puente, el tránsito sigue siendo un problema sin solución. Cada mañana, las filas de autos […]

El acceso a Neuquén desde Cipolletti se ha convertido en un calvario diario para miles de conductores, quienes deben afrontar largas filas y demoras de hasta 50 minutos en horarios de mayor circulación. A pesar de la inauguración del tercer puente, el tránsito sigue siendo un problema sin solución.

Cada mañana, las filas de autos para ingresar a Neuquén se extienden por kilómetros, alcanzando en la Ruta 22 hasta la altura del cruce hacia la Isla Jordán y en la calle Pacheco hasta la intersección con Fernández Oro. La situación se repite en la Ruta 151, donde la congestión afecta a cientos de automovilistas.

El control policial en la zona ralentiza el flujo vehicular, ya que la presencia de agentes sobre la calzada obliga a los conductores a reducir la velocidad a 20 km/h. Aunque el objetivo es prevenir accidentes, muchos consideran que esta medida contribuye a los embotellamientos y aumenta la posibilidad de choques por alcance.

Un accidente reciente agravó la situación, cuando un vehículo quedó averiado tras un choque y bloqueó uno de los carriles de acceso a Neuquén. Este tipo de incidentes, sumado a la constante detención y avance del tráfico, genera frustración entre los conductores que a diario deben soportar demoras excesivas.

El intendente de Cipolletti ha manifestado la necesidad de construir al menos dos nuevos puentes, ya que la infraestructura actual es insuficiente. En 1995, cuando se inauguró el puente Centenario-Cinco Saltos, el proyecto contemplaba la construcción de un cuarto puente, pero hasta la fecha no se han concretado obras adicionales.

El tercer puente tampoco ha solucionado los problemas de tránsito, aunque permite una circulación más fluida debido a la ausencia de controles policiales en la ruta. Sin embargo, el crecimiento poblacional y la falta de planificación vial han hecho que esta vía también quede colapsada en horarios de mayor demanda.

El acceso a Neuquén requiere una reestructuración vial integral, ya que no solo hacen falta más puentes, sino también una ampliación de los accesos para absorber el caudal de tráfico. Del lado de Cipolletti existen terrenos disponibles para realizar obras, pero en Neuquén la situación es más compleja debido a la falta de espacio.

Mientras no se tomen decisiones estructurales, el caos vehicular seguirá afectando a miles de personas cada día, generando pérdidas de tiempo y malestar entre los habitantes de ambas ciudades. La problemática del acceso a Neuquén es un tema que, año tras año, sigue sin encontrar una solución definitiva.

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