Una vecina de Neuquén capital, identificada como Ariana Bivero, denunció una grave situación de violencia de género y la falta de acción judicial pese a contar con pruebas y medidas cautelares vigentes. 

Según su testimonio, su expareja —quien tiene formulación de cargos por intento de femicidio— continúa trabajando como auxiliar de servicio en una escuela primaria, a pesar de portar una tobillera electrónica por incumplir reiteradas restricciones. 

 «Es bastante complicado todo lo que vengo viviendo hace casi cuatro años”, relató este miércoles en Radio 7. «Tuve que desnudarme completamente ante una médica forense que me sacó fotos de todas mis heridas frente a una fiscal», afirmó. 

También relató que tanto ella como sus hijos fueron víctimas de agresiones físicas y amenazas, y que su vehículo fue destruido durante uno de los episodios de violencia. 

El mismo ocurrió en 2022, cuando el agresor, teniendo una restricción de acercamiento, fue encontrado durmiendo dentro de su auto a la madrugada. Cuando la policía se retiró, creyendo que no había peligro, el hombre actuó rápidamente: «A los dos minutos me destruyó todo el auto,» rompiendo cristales y espejos. 

También mencionó que él llegó a trabajar en una escuela, amenazándola con quitarse la vida, lo cual también fue denunciado.

Según comentó, el proceso judicial resultó en una suspensión de juicio a prueba para su pareja. Bajo esta medida, el agresor debía cumplir con requisitos como el uso de tobillera electrónica y comparecencias periódicas, pero la víctima asegura que él incumplió constantemente las disposiciones.

La situación se agravó dramáticamente en junio de este año, cuando el hombre, quien tiene consumo problemático de drogas y alcohol, atacó a tres pediatras y al personal de seguridad de una clínica de Neuquén donde la víctima se encontraba con su bebé enfermo, incidente que ocurrió apenas dos días después de que él quedara sobreseído. 

Además, aseguró haber presentado denuncias ante el Consejo Provincial de Educación (CPE), pero afirma que no avanzan por protección sindical de ATE. 

Finalmente, expresó su frustración ante la aparente ineficacia del sistema para contener la situación. «El gremio hace desaparecer las denuncias porque es parte de la murga de ATE”. 

La víctima continúa viviendo bajo amenaza, mientras el agresor, con un prontuario que incluye causas por estafa y drogas, sigue libre.