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A diez meses de su desaparición, la familia de Yessica Antelo insiste en que fue un secuestro

El caso de Yessica Antelo, la niña de 10 años desaparecida el 7 de enero en Balsa Las Perlas (Cipolletti), continúa rodeado de incógnitas. Aunque la Fiscalía de Río Negro sostiene la hipótesis de un accidente por ahogamiento, la familia mantiene viva la sospecha de un secuestro, apoyada en mensajes sospechosos recibidos por la madre […]

El caso de Yessica Antelo, la niña de 10 años desaparecida el 7 de enero en Balsa Las Perlas (Cipolletti), continúa rodeado de incógnitas.

Aunque la Fiscalía de Río Negro sostiene la hipótesis de un accidente por ahogamiento, la familia mantiene viva la sospecha de un secuestro, apoyada en mensajes sospechosos recibidos por la madre días después del hecho.

«Estamos en unos días muy difíciles y críticos como familia. Yo como mamá hace nueve meses, van para diez, que aún tengo muchísimas preguntas y no consigo ninguna respuesta», afirmó Kathya Terraza, la madre de la menor, en Radio 7. 

La principal razón para desestimar la versión del ahogamiento por parte de la familia radica en los mensajes de texto que llegaron al celular de la madre en la madrugada posterior a la desaparición. Kathya relató que los mensajes contenían símbolos y errores ortográficos que solo su hija utilizaba. «Me llegaron unos mensajes tal como escribía mi hija para comunicarse conmigo o con alguno de sus hermanos. No puede ser tanta coincidencia», aseveró.

Al consultar a las autoridades sobre estos mensajes, la madre recibió una respuesta que no la convenció, ya que, si bien la policía federal rastreó el origen, la versión oficial atribuyó el envío a una persona con problemas de salud mental. «Según ellos dieron con la persona que me mandó ese mensaje, pero supuestamente es una persona enferma y por eso puede ser el error ortográfico. Yo no lo creo así», sostuvo la madre.

El abogado Matías Stiep confirmó que la Justicia Federal mantiene abierta una causa por esos mensajes, uno de los cuales provino de una cuenta sin datos creada durante los días de la desaparición.

Otro elemento clave que alimenta la sospecha de la familia es el testimonio del hermano de Jessica, quien estuvo con ella en el agua. El niño relató a su madre el momento en que intentaba rescatar a su hermana y el niño asegura que no vio que la corriente se llevara a Jessica.

Además, la madre de Jessica comparó el caso de su hija con otros sucesos similares en la zona durante el verano, reforzando su convicción de que algo más ocurrió. «Si te das cuenta en ese tiempo hubo muchos ahogados y aparecieron todos los cuerpos. Dos o tres días tardaron y aparecieron. El de mi hija nunca apareció, no hay rastro de nada».

A pesar de los rastrillajes realizados en el río Limay y el río Negro, que abarcaron más de 700 millas náuticas, no se hallaron rastros de la nena.

Diez meses después, la investigación continúa sin resultados firmes, mientras la familia no pierde la esperanza de encontrarla con vida.

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