
La violencia de género volvió a sacudir a Neuquén con un episodio ocurrido en plena vía pública, frente a decenas de personas. El hecho tuvo lugar el viernes pasado, en el mercado concentrador de la capital provincial, donde una mujer fue golpeada brutalmente por su pareja, quien resultó ser un policía que trabajaba como custodio en el mismo predio.
El periodista Rigo Castaño, de Radio 7 Neuquén, reveló que la agresión fue filmada por transeúntes, aunque varios testigos optaron por dejar de grabar al notar las amenazas y gestos intimidatorios del uniformado hacia quienes intentaban registrar la escena. “Nos contaron que la mujer gritaba desesperada detrás de los autos, mientras el hombre la golpeaba. Algunas personas intentaron intervenir, pero muchos tuvieron miedo porque el agresor era policía”, relató Castaño durante la transmisión.
El ataque ocurrió a plena luz del día, en un espacio donde circulan miles de personas a diario. Según testigos, el agresor —vestido parcialmente con su uniforme— habría utilizado su posición de autoridad para intimidar a quienes presenciaron la escena. “Hubo gente que no quiso seguir filmando por miedo. Es muy grave, porque además ocurrió en su lugar de trabajo”, lamentó el periodista.
Hasta el momento, no se conocieron informes oficiales por parte de la Policía ni del Ministerio Público Fiscal, aunque fuentes cercanas confirmaron que el hecho fue denunciado y que las imágenes del ataque circulan en manos de los investigadores.
Este nuevo caso ocurre pocos días después del hallazgo sin vida de Azul Semeñenko, una mujer trans asesinada en Valentina Norte, cuyo crimen es investigado como transfemicidio. Los episodios de violencia contra mujeres y diversidades en Neuquén no dan tregua, y las estadísticas vuelven a colocar a la provincia entre las de mayor índice de femicidios y agresiones a nivel nacional.
“Neuquén lamentablemente sigue estando en el ranking de violencia de género en el país. Es muy triste decirlo, pero seguimos con los casos más terribles, tanto por la cantidad como por la brutalidad”, expresó Castaño al cierre del informe.
La reiteración de hechos violentos —desde femicidios hasta ataques en espacios públicos— ha generado una creciente exigencia social de medidas concretas y de control institucional más estricto, especialmente en los casos donde los agresores pertenecen a las fuerzas de seguridad.
El hecho expone una problemática recurrente en la región: efectivos policiales involucrados en casos de violencia. Para las organizaciones de mujeres y derechos humanos, este tipo de situaciones refleja una grave falla en los mecanismos de prevención y sanción interna dentro de la fuerza.
Mientras se esperan avances judiciales, los testimonios de quienes presenciaron el ataque son el principal respaldo para la denuncia. “La impunidad con la que actúan algunos agresores, incluso dentro de instituciones del Estado, sigue siendo uno de los mayores obstáculos para erradicar la violencia de género”, señalaron fuentes vinculadas a organismos de atención a víctimas.