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Dia de la madre. Cuidar sin olvidarnos

No hay gesto más humano que el de cuidar. Pero, a veces, en ese mismo gesto se esconde un riesgo: el de olvidarnos.Las mujeres —madres, abuelas, tías, docentes, acompañantes— sostenemos una red invisible de cuidados que mantiene el mundo en movimiento. Sin embargo, muchas veces lo hacemos sin pausa, sin descanso, sin espacio para mirarnos. […]

No hay gesto más humano que el de cuidar. Pero, a veces, en ese mismo gesto se esconde un riesgo: el de olvidarnos.
Las mujeres —madres, abuelas, tías, docentes, acompañantes— sostenemos una red invisible de cuidados que mantiene el mundo en movimiento. Sin embargo, muchas veces lo hacemos sin pausa, sin descanso, sin espacio para mirarnos.

Cuidar debería ser también una forma de cuidado hacia nosotras mismas. Porque el bienestar de quienes amamos depende, en gran parte, del bienestar que nos permitimos.

Maternar no ocurre solo con un hijo en brazos. También maternamos proyectos, equipos, comunidades, causas. Y en cada una de esas maternidades se juega algo profundo: la posibilidad de nutrir sin vaciarnos.

Cuidarnos implica nutrirnos de manera consciente, no solo a través de buenos alimentos, sino también de los espacios y vínculos que elegimos habitar.
¿Qué tipo de música escuchamos? ¿Qué conversaciones nos hacen bien? ¿Qué tiempo le damos al cuerpo, al descanso, a la quietud?
Cuidarse no es solamente ir a la peluquería o comprarnos eso que nos gusta —aunque también puede serlo—, sino saber qué nos alimenta de verdad.

Es seguir construyendo ese camino de mujer que es único, poner límites, valorizar lo que somos y lo que damos.
Porque eso también es amarse. Amar, cuidarse y cuidar: tres verbos que solo florecen cuando se sostienen entre sí.

Y en ese camino, maternar con calidad también es revisar nuestros vínculos con las propias madres —reconocer lo heredado, lo que aún duele, lo que queremos transformar.
A veces, cuidarnos también significa perdonar, soltar o agradecer. Hacer las paces con nuestras raíces para poder maternar, hoy, de un modo más libre y consciente.

Quizás este domingo no se trate solo de regalar flores o abrazos, sino de detenernos a pensar cómo queremos seguir cuidando, y cómo queremos que nos cuiden.
Cuidar la vida —la propia, la de los otros, la del entorno— también es una forma de transformar el mundo.


Laura Collavini
Psicopedagoga – Directora Fundación SIENDO
Creadora de TerrActiva, una propuesta para acompañar procesos de transformación y desarrollo ambiental en personas, comunidades y organizaciones.

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