
La localidad de Senillosa se vio sacudida por un hecho de extrema violencia ocurrido el viernes por la tarde, cuando Jonathan Pérez González, de 38 años, efectuó al menos nueve disparos contra Pedro Romero, de 40, en plena vía pública. El ataque tuvo lugar en la intersección de Avenida San Martín y Gregorio Álvarez, cerca de la Ruta Nacional 22, y fue presenciado por vecinos que dieron aviso inmediato a la policía.
Según el relato de testigos, el agresor llegó al lugar en bicicleta y disparó con un arma 9 milímetros contra Romero, quien recibió al menos un tiro en el pecho. El hombre fue trasladado de urgencia al Hospital Castro Rendón, donde permanece internado bajo custodia policial y con pronóstico reservado.
Tras el ataque, Pérez González abandonó la bicicleta y la ropa que vestía en las inmediaciones de la ruta para facilitar su huida. La policía desplegó un operativo de búsqueda, pero hasta el momento no logró dar con el sospechoso ni con el arma utilizada. La fiscalía investiga si el ataque estuvo motivado por cuestiones personales: Romero es la actual pareja de la exmujer del agresor, lo que podría configurar un caso de violencia de género en grado de femicidio vinculante.
Fuentes de la investigación señalaron que hubo episodios intimidatorios previos hacia la víctima y su pareja, aunque no se confirmaron denuncias formales. El caso, de comprobarse la figura de tentativa de femicidio vinculante, podría derivar en una condena a prisión perpetua, según lo establece el Código Penal argentino.
El hecho reaviva el debate sobre el circulante ilegal de armas de fuego en Neuquén y el Alto Valle. En las últimas semanas se registraron múltiples ataques armados en Centenario, Plottier y la capital provincial. “El mercado negro de armas sigue abasteciendo a delincuentes y agresores, mientras las campañas de desarme voluntario suelen captar armas de uso familiar, no aquellas ligadas al delito”, advirtieron especialistas.
Mientras tanto, la policía mantiene el operativo de búsqueda de Pérez González, intensificado en zonas rurales y urbanas cercanas a Senillosa, con la colaboración de divisiones motorizadas e infantería. La comunidad permanece en alerta por la peligrosidad del prófugo, considerado armado y con intenciones de evadir a la Justicia.