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Derrota oficialista en Buenos Aires: la fractura con el PRO y el error de campaña que enciende las alarmas rumbo a octubre

La elección en la provincia de Buenos Aires dejó una lectura clara y contundente: Fuerza Patria se impuso con amplitud sobre La Libertad Avanza y expuso las debilidades estratégicas del oficialismo. El politólogo Fernando Lanza analizó el escenario y sostuvo que el tropiezo de Javier Milei y su espacio no puede leerse como un traspié […]

La elección en la provincia de Buenos Aires dejó una lectura clara y contundente: Fuerza Patria se impuso con amplitud sobre La Libertad Avanza y expuso las debilidades estratégicas del oficialismo. El politólogo Fernando Lanza analizó el escenario y sostuvo que el tropiezo de Javier Milei y su espacio no puede leerse como un traspié aislado, sino como el resultado de un error de concepción política: nacionalizar una contienda provincial contra un antagonista que ya no está en el centro del tablero.

Según Lanza, el oficialismo planteó la campaña en términos de un plebiscito contra el kirchnerismo, pero lo hizo tarde y con diagnósticos desfasados. “Decir ‘basta de kirchnerismo’ cuando Cristina está detenida, inhabilitada y fuera del escenario es un mensaje que atrasa. El electorado pedía otra cosa: respuestas económicas y certezas de gestión”, explicó. Ese encuadre, sumado a un discurso de confrontación y violencia verbal hacia las minorías, terminó por erosionar el caudal de adhesiones que el gobierno esperaba retener.

Los números muestran la magnitud del revés. En comparación con 2023, el peronismo perdió cerca de medio millón de votos, pero aun así le alcanzó para ganar con comodidad: pasó de 4,3 millones a 3,8 millones. La Libertad Avanza, en cambio, apenas logró crecer en 130 mil votos y quedó lejos de disputarle el primer lugar. La clave estuvo en el voto PRO, que en 2023 había rondado los 2,4 millones y que esta vez no se tradujo ni en apoyo a Milei ni en participación: gran parte de ese electorado se quedó en su casa. “La famosa alianza LLA–PRO hoy es una promesa rota”, sintetizó Lanza.

El resultado sorprendió incluso en el mapa territorial. La Libertad Avanza esperaba perder en las secciones primera y tercera, tradicionalmente peronistas, pero terminó cayendo en seis de las ocho en juego. El peronismo, con Axel Kicillof a la cabeza, capitalizó su despliegue territorial y la capacidad de movilización en las zonas más pobladas, mientras el oficialismo no logró consolidar presencia ni siquiera en sectores urbanos donde había hecho pie en elecciones anteriores. “El cierre del kirchnerismo no se lo da Milei, se lo da Kicillof”, remarcó el analista.

Otro dato político de peso es la situación de Patricia Bullrich, a quien Lanza ubica como la segunda gran derrotada. Su presencia en el gabinete nacional no se tradujo en transferencia efectiva de votos amarillos hacia el oficialismo. En los hechos, el PRO quedó en una posición ambigua, sin liderazgo ni garantía de acompañamiento electoral. La escena del búnker, con Santiago Caputo observándola de manera desafiante, fue para Lanza una postal de esa fractura interna. “La alianza que le dio aire a Milei en 2023 ya no existe”, advirtió.

Con este panorama, la mirada se dirige inevitablemente hacia octubre. Para el politólogo, Milei deberá reconfigurar su gabinete, abandonar la narrativa exclusiva contra el kirchnerismo y reconstruir puentes con el electorado del PRO si quiere tener chances de revertir la tendencia. El desafío no es menor: sin esa porción de votos, el oficialismo arriesga una derrota estrepitosa en todo el territorio. “El peronismo ofrece un modelo de Estado presente y distribución de derechos, que es lo contrario al ideario de Milei. La elección será una pulseada entre dos visiones de país. Si el oficialismo no corrige rápido, el resultado de Buenos Aires será apenas un anticipo de lo que se viene”, concluyó Lanza.

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