
Un hecho conmovedor volvió a destacar el valor de los bomberos voluntarios de Centenario. El viernes por la noche, cerca de las 21:20, una familia llegó desesperada al cuartel con su bebé recién nacido, Ciro, que no respiraba. El pequeño tenía apenas tres días de vida. Gracias a la rápida intervención y preparación del equipo de guardia, lograron estabilizarlo y salvarle la vida en una escena que mezcla angustia, reflejos entrenados y vocación de servicio.
«La mamá llegó con su hijo en brazos, sin saber qué hacer. Ciro estaba morado, no reaccionaba, pero apenas lo tomamos, lo giramos, y empezó a respirar, a bostezar, a apretar nuestras manos. Fue un milagro, pero también fue resultado de la capacitación y la tranquilidad con la que actuamos«, relató Patricio Álvarez, jefe del cuartel.
El pequeño Ciro se descompensó mientras su madre lo amamantaba. Al ver que no reaccionaba, la familia no dudó en acudir a los bomberos, estacionando en contramano y tocando bocina desesperadamente. La situación fue abordada con absoluta celeridad por el personal del cuartel, que activó un protocolo específico de emergencias pediátricas.
“No hay margen para el pánico. Si nosotros nos desesperamos, no podemos ayudar. La clave está en estar preparados, mantener la calma y actuar con conocimiento”, explicó Álvarez. El caso no requirió la intervención del hospital en el lugar, pero la familia fue luego al centro médico para descartar complicaciones y controlar el estado de salud del bebé y de su madre, quien había tenido un parto por cesárea días antes.
A raíz de este episodio, los bomberos de Centenario anunciaron una capacitación gratuita y abierta al público para el 30 de agosto, centrada en primeros auxilios, maniobras de RCP en lactantes y pautas sobre lactancia segura. “Queremos que papás y mamás sepan qué hacer en situaciones como estas. No hay dudas que la prevención y el conocimiento pueden marcar la diferencia entre la vida y la muerte”, afirmó Álvarez.
La institución lleva adelante un compromiso constante con la formación y la atención comunitaria, y no es la primera vez que protagoniza una acción de este tipo. “Neuquén es una de las provincias donde más se conoce el rol clave de los bomberos frente a emergencias infantiles. Hemos atendido decenas de casos similares”, aseguró el jefe del cuartel.
El pequeño Ciro no lloró. Bostezó. Agarró la mano de sus rescatistas. Y con ese simple gesto, le devolvió la paz a una familia sumida en el miedo, y reafirmó el impacto de una vocación que salva vidas todos los días.
Desde el cuartel subrayan que no se trata de una cuestión de suerte, sino de compromiso, entrenamiento y trabajo en equipo. “Más RCP para todos”, concluyó Álvarez. “Eso es lo que necesitamos: que cada vecino, cada madre o padre, sepa qué hacer. Porque la diferencia puede estar en segundos”.