
A más de tres años del crimen de Facundo Castillo, su familia volvió a alzar la voz ante lo que consideran una burla a la justicia. Ramiro Gutiérrez, el joven condenado por atropellar y matar a Facundo a la salida de una fiesta en Cipolletti en diciembre de 2021, cumple su pena de 12 años de prisión en el penal de Viedma, pero no en una celda común, sino en una casa prefabricada, alejada del resto de los internos.
“¿Quién es Gutiérrez para tener estos privilegios?”, se preguntó con indignación Marcelo Castillo, el padre de la víctima, en una entrevista para Radio 7. “Fue condenado por asesinar a sangre fría, intentó atropellar a más personas, y ya está en una casa, con otro preso que tiene salidas transitorias”, denunció.
El caso conmocionó a la región: aquella madrugada, Gutiérrez salió de una fiesta, subió a su BMW X1 y embistió intencionalmente a un grupo de jóvenes, matando a Facundo. El resto logró tirarse a un canal cercano para salvar sus vidas. En 2023 fue declarado culpable de homicidio simple y tentativa de homicidio.
Según relató el padre de la víctima, se enteraron de la situación actual del condenado tras una consulta con el fiscal Santiago Márquez Gauna, quien les informó que Gutiérrez fue trasladado a esa casa prefabricada a inicios de este año, aunque no se brindaron justificaciones oficiales por parte del penal ni del Poder Judicial.
“Queremos justicia, no venganza. Que esté donde le corresponde. A mi hijo no lo vamos a recuperar, pero este asesino no puede estar cómodo”, afirmó Marcelo, visiblemente quebrado por el dolor.
Denunció además que durante una audiencia, el abogado defensor del condenado intentó imponer un bozal legal para que la familia no hable en los medios: “Quieren silenciarnos, pero vamos a seguir luchando mientras yo esté vivo”, aseguró.
La familia, que ya pidió que se revise el régimen de alojamiento, exige que se traslade a Gutiérrez a una celda común y que se garantice el cumplimiento efectivo de la pena.